Un láser de Dióxido de Carbono (Láser de CO2) proporciona una nueva superficie a la piel a través de sus haces de luz. Fue muy popular en los 80 para rejuvenecer la piel y tratar la piel dañada.
La luz láser es emitida por cortos y concentrados haces de luz los cuales tienen por objetivo el agua de las células de la piel removiendo las células de la epidermis, haciéndola más fresca clara y nueva.
Al mismo tiempo penetra en la profundidad de la dermis para estimular la producción de nuevo colágeno lo cual le dará más firmeza y claridad a la piel posteriormente.
El tratamiento con láser de CO2 está dirigido a las finas líneas, arrugas, trastornos pigmentarios debidos al daño solar y envejecimiento; cicatrices de acné, estrías y trastornos de la textura en la cara, cuello y escote.
Puede tratar también lesiones benignas como verrugas, marcas de nacimiento, así como algunos tipos de cáncer.
La Rinofima, que es un problema en la piel en el que se engruesa y crece la nariz también puede tratarse con láser de CO2.
El procedimiento de rejuvenecimiento con láser de CO2 puede incluir la totalidad de la cara o una porción según lo que le preocupe al paciente.
Existen dos tipos de láser de CO2: Ablativo y Fraccionado. La principal diferencia entre ellos es la cantidad de piel que cada uno elimina.
El láser de CO2 Ablativo elimina por completo la piel en el área de tratamiento como su nombre lo dice. Elimina toda la capa superior de la piel y calienta la parte profunda de la dermis para provocar una respuesta regenerativa de curación que lleva a la producción de colágeno y elastina.
El láser de CO2 Fraccionado, por otra parte, libera los haces de luz en forma de columnas dejando entre ellos piel sana con un patrón pixelado por lo que la recuperación es mucho más rápida. El tratamiento es considerado menos agresivo.